lunes, 9 de junio de 2014

Lunes de Kôan.

La semana pasada les traje este Kôan



"Dos monjes estaban discutiendo acerca de una bandera. Uno dijo, “La bandera se está moviendo”. El otro dijo, “El viento se está moviendo”. Sucedió que el sexto patriarca, Zenón, pasaba justamente por ahí. El les dijo, “Ni el viento, ni la bandera; la mente se está moviendo”.
Así que por fin daré inicio a esta sección. Mi interpretación para este Kôan es la siguiente:



La percepción lo es todo cuando se trata de dar una opinión. Quiero decir que lo que yo creo que es, no sé, redondo, para otro puede ser ovalado. Todo es subjetivo, aún el tiempo. Alguna vez hice un dibujo (que no quedó ni cerca de ser bueno jaja pero me gustó mucho aún así) precisamente de esto: La percepción.

Disculpen la calidad, tanto del dibujo como de la foto.


Se supone que es un ángel el cual, dependiendo de como lo veas, estará cayendo o volando. La lección detrás de esto es que tal vez no tengas que cambiar todas las circunstancias para que tu día sea mejor o para que puedas disfrutar lo que estas viviendo, a veces solo basta con cambiar tu forma de ver las cosas. Así interpreto el kôan o, más concretamente, la frase "Ni el viento, ni la bandera; la mente se está moviendo"

El Kôan de esta semana es una pequeña historia de Buda:


Buda se estaba muriendo. Había estado caminando durante cuarenta años con una luz y miles le habían seguido. Ahora se estaba muriendo. Un día por la mañana dijo:

"Éste es mi último día. Si tenéis algo que preguntar, preguntad"

El momento había llegado, la encrucijada estaba allí. Ahora seguiría su propio camino. De repente una infinita oscuridad rodeó a los que allí estaban. Ananda, el principal discípulo de Buda, empezó a llorar como un niño, casi enloquecido, con su corazón latiendo fuerte y las lágrimas cayéndole. Buda le dijo:

"¿Qué haces Ananda?"

Ananda le dijo, "¿Qué vamos a hacer ahora? Estabas aquí, seguíamos tu luz. Estábamos a salvo y nos sentíamos seguros. Habíamos olvidado por completo que existía la oscuridad. Siguiéndote, todo estaba claro. Cuarenta años y ahora nos dejas. Y nos dejas en una oscuridad completa. Estábamos mejor antes de encontrarte porque como mínimo estábamos sintonizados con la oscuridad. Ahora, incluso esa sintonía se ha perdido. ¡No nos dejes en la oscuridad!. Mientras estuviste con nosotros no alcanzamos la Iluminación, ahora ¿qué sucederá cuando te hayas ido? Estaremos perdidos para siempre"

Y empezó a sollozar y gemir de nuevo.

Buda le dijo, "Escucha. Durante cuarenta años has caminado con mi luz y no has podido alcanzar tu propia luz. ¿Crees que si vivo durante cuarenta años más alcanzarás tu propia luz? Ni aunque fueran cuatro mil o cuatro millones de años. Cuanto más te acostumbras a caminar con una luz prestada, más

imitativo te vuelves, más te pierdes. Es mejor que me vaya".

Las últimas palabras en los labios de Buda fueron, "Sé una luz en ti mismo".  



Murió diciendo, "Sé una luz en ti mismo. - "Appo Dipo Bhava."

Nos leemos pronto


Fuente: http://larutadelailuminacion.blogspot.mx/2014/03/se-una-luz-en-ti-mismo-buda.html

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