El Kintsugi es un arte japonés para reparar los objetos que se rompen por el uso cotidiano. Los japoneses creen que un objeto, al romperse, se hace más bello y es por esto que resaltan las imperfecciones que se crearon al romperse con hilos de oro o plata colocados en la fractura del objeto.
Esta práctica resulta en una mejora del objeto ya que este se vuelve más fuerte. En vez de intentar ocultar las grietas o las imperfecciones que la reparación pudo haber causado esta práctica las enaltece y las hace mucho más notables. Se celebran estas imperfecciones pues gracias a esto el objeto ha, de alguna forma, mejorado.
Podemos aprender mucho de esta práctica llevándola a nuestro contexto cotidiano. Todos nuestros errores, nuestras heridas y nuestros tropiezos nos han guiado hasta donde estamos ahora. No debemos de avergonzarnos por ninguna de las cosas que hemos hecho. Cualquier cosa que hayamos vivido nos regala una de dos cosas: Una lección o un buen recuerdo. "Lo que no te mata te hace más fuerte".
En pocas palabras es como decir: "No ocultes tus cicatrices, no tienes que avergonzarte de ellas, gracias a todo lo que has vivido eres más fuerte y estas aquí ahora."
Da mucho en que pensar ¿No creen?
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